lunes, 13 de diciembre de 2010

vídeo de un techo para Chile

“Un Techo para Chile” y los jóvenes, comprometidos por un Chile mejor

 Más que un trabajo, es ser solidarios

Esta el derecho a la vida, esta el derecho a la libre expresión, esta el derecho a vivir con las necesidades básicas: agua, luz y comida, esta el derecho a un trabajo, lamentablemente gente que vive en campamentos, carece de algunos de estos, por no decir todos, y son derechos que cuando se ven violados llevan a revoluciones.
Las tomas de terreno surgieron a mediados del siglo pasado, como una forma de reclamar el derecho a la vivienda. Desde hace 13 años, para ser exactos, nace una bella fundación llamada “Un Techo para Chile”, la cual se mantiene hasta hoy en día, cooperando con las millares de familias en riesgo social, acompañado también por miles y miles de jóvenes, en su mayoría, estudiantes voluntarios, los cuales surgieron como ejemplo para toda Latinoamérica a seguir esta causa en los respectivos países correspondientes a la región.

Un Techo para Chile”, comienza ya con su segunda etapa, que son la construcción de lugares de esparcimiento para niños y jóvenes, y por supuesto, son estos últimos quienes ya están comprometidos para una sociedad de calidad, “todos queremos vivir en un país con igualdad para todos, nadie debe sentirse discriminado ni marginado de la sociedad” nos dice Claudio Mora, quien a participado en mas de una ocasión en trabajos voluntarios para la fundación. La mayoría de los jóvenes concuerdan que no es una lata trabajar sin recibir nada a cambio, que la gente piensa, que si no es así, las cosas las hacemos mal, pero, ¿alguien a escuchado a una familia, que salió de un campamento, desconforme con lo que se a entregado?, hasta ahora no, “trabajamos dando el máximo de nosotros, nuestra intención no es quedar como niñitos buenos, si no que cooperar en conjunto por una mejor país”, añade Claudio.
Para todos los jóvenes, quienes han trabajado de voluntarios en campamentos, llegan a la conclusión, de que es sumamente gratificante ir en ayuda de los más necesitados, cuando los grupos de salidas se juntan a comentar sobre el viaje, concuerdan   en    una     sola    frase
“no hay mejor pago, que la sonrisa de una familia contenta”.


Como aprovechan esta instancia los jóvenes.
Sacrificar esas vacaciones tan deseadas no es casualidad, además de ir en ayuda de gente en los campamentos, aprovechan esta instancia para hacer nuevas amistades, “la mayoría de la gente que tiene nuestra edad (19 y 25 años), piensa que vienen a pegar un par de clavos, un par de tablas y acostarse”, nos señala Ricardo García, que con 22 años, ya lleva dos veranos trabajando en “Un Techo para Chile”. Todo empieza en la partida del bus desde la elipse del Parque O'Higgins, a veces son muchas horas de viaje, pero no impedimento para que los muchachos que participan, lo pasen mal o se aburren, en el trayecto, comparten sus vidas, experiencias, se cuentan chistas, lo que ya han trabajado en esta misión, cuentan de lo que se trata, y un sinfín de cosas que hace el viaje mas amable y hasta se hace mas corto, “durante el viaje lo pasas súper bien, conoces gente, te ríes, y es rico sentir que van todos por un mismo fin, que ayudar”, agrega Verónica Guzmán, voluntaria. El tiempo se pasa volando, y el día se hace corto para poder seguir ayudando y levantando casas, llegan al final del día exhausto, pero ganas de que sea otro día, y dar mas felicidad a estas familias. “En la noche, nos sentamos, a veces se hacen fogatas, y comentamos lo que nos paso durante el día, nos reímos, comemos, pero igual se termina muy cansado, con puras ganas de dormir”, nos dice Matías Jiménez, voluntario, quien después de una larga jornada, tratar de dormir y descansar, se hace obligatorio, para poder vivir otro día de trabajo y emociones.
Es bonito ayudar, es bonito mostrar al mundo que somos un país unido y solidario, es bonito ver un país sin campamentos, en Chile, aun falta mucha tarea por realizar y un largo camino por recorrer, es por eso que “Un Techo para Chile”, sigue necesitando de mas voluntarios, esto empezó hace mas diez años, por ende, voluntarios que acompañaban siempre, están en sus quehaceres profesionales, sin embargo el numero de voluntarios no baja, es mas, aumenta cada año mas, pero aun faltan mas, para poder terminar lo antes posible con la miseria que acompaña a distintas familia de nuestro país, aquellos que sufren en el invierno, sufren en verano por no tener un techo digno donde vivir. Terminar con los campamentos, es tareas de todos, es por eso que el llamado a entidades privadas no esta demás, y que se sumen a vivir esta maravillosa experiencia que es ayudar, a si lo dice “Un Techo para Chile”, así lo dicen los jóvenes chilenos.                                                     


Entrevista Clara Pellegrini Por Rodrigo Sepúlveda

 Clara Pellegrini
Comprometida por un Chile sin campamentos.
    

Clara Pellegrini
Clarita, como la llaman sus amigos, ingeniera comercial, 27 años de edad, forma parte de esta bella organización como es un “Un Techo para Chile”, cien porciento dedicada a la ayuda social. Desde que era una estudiante universitaria, que participa de los viajes de verano e invierno, para ir en ayuda de los mas necesitados,  conmovida con los distintos casos que le toco vivir en esas salidas, llega a trabajar a la fundación, y hoy en día, es la encargada  de la Coordinación Comercial de la fundación, y nos cuenta como fue que llego a trabajar en “Un Techo para Chile”, su experiencia dentro de ella, y como convencer a los jóvenes, a través de su experiencia, de que se integren y ayuden en esta bella lucha por un Chile justo, por un Chile sin campamentos.


-¿Qué te motivo, llegar a trabajar en “Un Techo para Chile”?
Cuando estaba estudiando en la universidad, fui voluntaria cinco años seguidos en mis vacaciones de verano, y al ver a toda esa gente tan contenta, al terminar las obras, era súper confortable, darle esa oportunidad a la gente de vivir bajo un techo decente, en el cual todos deseamos vivir, yo tengo esa oportunidad, tu también la tienes, y así mucha gente, entonces por que ellos o esa parte de la población, no la podía tener, y medí cuenta que yo podía aportar a que tuvieran una casa, y eso me motivaba mucho a trabajar como voluntaria, a parte, se hace entretenido, conoces gente, te haces de amigos, y termine encantándome con esta fundación, y claro, al terminar mi carrera, decidí trabajar aquí.


-De los años que llevas trabajando en la fundación, ¿Cuál ha sido tu mejor y peor experiencia?
Bueno, la mejor experiencias que me han tocado vivir dentro de la fundación, es cuando te salen los proyectos, cuando las cosas resultan bien, y la gente logra tener su casa definitiva, y los ves tan felices al recibirlas, que esa alegría, se logra traspasar, a todos los que participaron, sobre todo a uno, que a estado ahí, siguiendo todo el proceso, entonces es una experiencia súper enriquecedora, y también esta la otra cara de la moneda, he pasado por malas experiencias, y esas son cuando los proyectos no resultan, y te involucras tanto, que el fracaso lo compartes con esa gente que se ilusiona con tener un techo digno; a veces las constructora que estaba comprometida, se baja, también hay otro factor que afecta o impide realizar los proyectos, que son los vecinos, ósea, la misma sociedad, que quiere dejar de ser un país pobre, no quiere que gente que vive en campamentos, lleguen hacer su vecinos.                                                          
Siempre va estar el compromiso hacia con la gente que vive en campamentos, de que tengan un techo donde cobijarse, puedan llevar una vida normal, y que los proyectos se concreten de la mejor manera, pero independiente de esto, siempre van a estar los dos factores: el triunfo o el fracaso, estamos ligados a ellos.


-Desde cuando eras voluntaria, ¿como te cambio la percepción que tenias de la fundación, al entrar a trabajar y formar parte de ella?
Nunca tuve una percepción tan clara o especifica de cómo se trabajaba dentro de la fundación, era una voluntaria mas puertas afuera, por llamarlo de algún modo, entonces no tenia ninguna idea de cómo podría ser, lo que si asemejaba era la cantidad de gente joven que trabajaba para la fundación, algunos recién egresados de la universidad; nadie tiene mas allá de 28 o 30 años, entonces se forma un ambiente ideal para gente de nuestra edad, que fui lo que vi las veces que entraba a las oficinas, y lo veo ahora que estoy trabajando en ella; y la percepción que tengo hoy en día: que el ambiente laboral que se forma dentro de las oficinas, es tan bueno, que se hace muy agradable trabajar, y siempre esta el apoyo de todos, como estamos recién empezando nuestra vida laboral, si te equivocas, nadie te va andar poniendo malas caras ni nada por el estilo, y tus decisiones valen, tienen un peso, a diferencia de cuando entras a una empresa, vas a ser el ultimo y tus comentarios nadie los toma en cuenta, aquí no es así, como te dije anteriormente, la opinión de cada integrante de “Un Techo para Chile”, es escuchada con el respeto que se merece.


-¿Cuáles son los desafíos que tiene “Un Techo para Chile”?
Bueno, el gran desafío que teníamos como fundación, era llegar a este año (2010) sin campamentos, lamentablemente no se ha podido cumplir aun, y por ende, sigue siendo nuestro principal reto, y esto se ha debido a la falta de recursos…


-¿El terremoto fue un factor, por el cual no se pudo lograr la meta, de un Chile sin campamentos?
Si, se empezaron destinar plata, para ir en ayuda de los damnificados y para la construcción de mediagua, para aquellos que lo perdieron todo; además era una meta bastante ambiciosa, imagínate, se construyeron más 20 mil viviendas de emergencias, y que claramente, había que hacer lo imposible por lograrla.
Volviendo a la pregunta anterior, nuestra gran meta es llegar a ser un país sin campamentos, ese nuestro norte, ahora, dudo que volvamos a ponerle fecha, como lo fue ahora que era llegar al 2010 sin campamentos, pero si, se va hacer todo a nuestro alcance, por tenerles una casa definitiva, lo mas pronto posible.


-¿Cómo es el compromiso de las entidades privadas, con la fundación?
Tenemos empresas que apoyan siempre, cada vez que necesitamos de ayuda en las campañas que realiza “Un Techo para Chile”, siempre están aportando, y también se sale a buscar mas apoyo de los privados, y no va bien, aunque a veces cuesta persuadirlos, pero finalmente terminan colaborando con la fundación, mas que mal, es gracias a ellos, que no hemos podido financiar todas esas construcciones, y a ellos de cierta forma les favorece, en cuanto a su imagen corporativa, y también es una forma de demostrar, de parte de ellos, que están comprometidos con la sociedad.


-Sabemos que falta camino por recorrer, para poder lograr ser un país sin campamentos, por lo demás, seriamos los primeros en Latinoamérica, y para poder lograr esto, para poder contar con la ayuda de este pilar fundamental en la fundación, que son los jóvenes, ¿como llamarías la atención de estos, para que sean voluntarios y colaboren con la fundación?

Yo les digo, a esa inmensa cantidad de jóvenes chilenos, que trabajar como voluntario en “Un Techo para Chile”, es una experiencia maravillosa, se pase bien, no vienes a trabajar como esclavo, hay tiempo para distraerse también, hacer nuevas amistades, se aprende demasiado, y de verdad, los jóvenes tenemos mucho que entregar, y la gente también tiene mucho que entregarnos a nosotros, me incluyo, por que hasta el día de hoy, siempre aprendo cosas nuevas, que me hacen crecer como persona, y en intentarlo, no se pierde nada.

Crónica por Joaquín Fernández


Hace trece años, “Un Techo para Chile”, tenia como meta llegar a un bicentenario sin campamentos, aun no se puede lograr, igualmente, ha bajado considerablemente el numero de estos a nivel país, sin embargo, por cosas del destino, nos tuvimos que enfrentar a un evento natural catastrófico que significo un retroceso en las tareas de esta fundación.
“Un terremoto de 8.8 grados Richter, sacudió a la zona centro sur del país”: esta frase era portada en los diarios, titulares en los noticiarios, dio la vuelta al mundo, y por supuesto calo onda, cuando en las oficinas de “Un Techo para Chile”, llego la información de que miles de viviendas estaban por el suelo u otras arrastradas por el tsunami que remeció las costas chilenas.
Luego de La teletón, cuya plata recaudada era destinada a la ayuda de damnificados, le fue encomendada a la fundación construir 20.000 viviendas de emergencias, no había tiempo que perder, el mal tiempo se aproximaba, y se hacia urgente construir un techo para aquellos que lo perdieron todo.
Una vez más, “Un Techo para Chile” y los jóvenes, se unieron y respondieron a esta gran misión, y fueron miles quienes acompañaron en esta noble causa, a cumplir nuevamente las metas que se proponía la fundación, y fueron mas de 11 mil viviendas de emergencia construidas en un periodo de tiempo que seguramente vatio record.
“Un Techo para Chile” no podía quedar ajeno a esta gran tarea, que era levantar a Chile, y el desafío se cumplió, rompiendo con todos los mitos de que seria muy difícil o casi imposible construir la cantidad de viviendas estimadas, nuevamente, la fundación con la ayuda de jóvenes voluntarios, logro romperle la mano al destino y demostrar así el compromiso que tiene “Un Techo para Chile”, hacia la sociedad.

Crónica Por Ricardo Alarcón

Hoy en día, los jóvenes están cada vez mas comprometidos con la sociedad,  comparten los mismos ideales, a veces piensan diferente, pero en una causa tan noble como es “Un Techo para Chile”, todos comparten una misma ideología: terminar con los campamentos.
Son ya mas de diez años, que todos los veranos, jóvenes de nuestro país, en su misión de erradicar los campamentos, no descansan en sus ansiadas vacaciones, en pleno mes de enero, empacan sus maletas con un par de guantes, clavos y martillos, dejan de lado a la familia, amigos, fiestas, paseos, playa y todo aquello que un joven disfruta en esta etapa del año, todo por un sueño en común: un Chile sin campamentos, un Chile distinto, lo mejor para nuestra sociedad y generaciones futuras, y para lograrlo, saben que necesitan de su ayuda.
Actualmente, los campamentos han disminuidos de una forma considerable gracias a la colaboración de pobladores y voluntarios, empresas publicas y privadas, pero la inmensa tarea que se esmera en cumplir “Un Techo para Chile”, aun no termina, falta mucho camino por recorrer, empieza otra etapa y hoy las principales tareas son: lugares de esparcimiento para niños y jóvenes, lugares que permitan el encuentro y la organización social.
La fundación necesita más colaboración de jóvenes voluntarios, para poder terminar  definitivamente con viviendas y espacios de distracción precarios, y no hay mejor pago o regalía que ofrece “Un Techo para Chile”, que es una sonrisa de quienes por fin se sentirán dignos de vivir en lugar decente.

El rol de los jóvenes en “Un Techo para Chile”. Por Rodrigo Sepulveda

      “Un Techo para Chile”, ha sido fundamental en la erradicación de diversos campamentos en nuestro país, aunque la tarea era llegar sin campamentos a fines del año 2010, su numero ha bajado considerablemente en comparación a años anteriores, claramente esto no podía ser posible con la ayuda de entidades publicas y privadas, pero los que cumplieron, cumplen y cumplirán un papel clave en la construcción de viviendas dignas, son los jóvenes chilenos.
Cuantas veces criticados, marginados, sin tomarlos en cuenta, por la manera que tienen de llegar a las autoridades o de resolver un problema, pero el tema de la solidaridad, si que lo saben cumplir, sin dar reclamo a nada, solo dar una buena impresión, de dar a mostrar los capases que son, y lo unido, comprometido y responsable cuando se trata de solidaridad. Un ejemplo, este año, el terremoto dejo a miles de damnificados, se hizo una teletón, se recaudan fondos, pero se necesitaba gente para poder reconstruir gran parte del país, una vez mas, los jóvenes no querían quedar fuera de esta gran tarea, asumiendo, como lo han hecho ya hace mas 10 años, en conjunto con “Un techo para chile”, su compromiso, con la sociedad, llegaron mas de 20 mil voluntarios, en auxilio de pueblo sureño, y me preguntaba: ¿Qué ganan ellos, cumpliendo esta labor?, ¿Por qué no piden nada a cambio?, me daba cuenta que lo jóvenes de mi país eran de carne y hueso, y solo se conformaban con ver una sonriso de sus semejantes, trasmitir sentimientos, emociones, vibras positivas para toda esa gente que tanto sufrió, que tanto a sufrido, no me refiero solamente a esa terremoto, sino que a las miles de personas que han vivido por años en situaciones precarias, y que de la nada llegue un grupo de jóvenes, de los cuales nunca esperas nada, a cooperar, a dar su granito de arena, para que podamos vivir en un país justo, sin miseria que lamentar.
Como lo ha hecho un techo para chile, para convencer a tantos jóvenes de participar en esta bella cruzada, la cual ha sido ejemplo para juventudes Latinoamericanas, por favor, sigan así, queda camino por recorrer y llegar hacer un país comprometido con nosotros mismos, por el futuro de las generaciones que vendrán.